Experiencia re-significada de confrontacion

En un bello día de primavera de hace algunos 8 años este botón amarillo vivía cosido al
suéter de una niña que estaba en sus días de primaria, este botón tenia bastantes amigos en
su suéter y en los suéteres de los demás niños, pero había un botón rojo que parecía que su
único propósito de vida era hacerle la existencia imposible al botón amarillo en vez de
ponerse a cerrar el suéter de su niña.

Este botón rojo le hacía de todo al botón amarillo, desde tratar de cortarle sus hilos, hasta
rasguñarlo y sabotear su trabajo de todas las maneras en las que se pueda pensar; estos
frustrantes acontecimientos llevaban sucediendo por muchos meses, ya casi se completaba
un año escolar y parecía que a nadie le importaba; ni a sus amigos, ni a sus maestros y en su
familia solo contaba algunas partes de lo que sucedía para que no la regañaran por dejada.

Ella sabia y siempre se decía a si misma que por más fuerte que se viera siempre tenía que
defenderse porque si no esas situaciones nunca iban a para; que había que resolverlo de
manera pacífica y si eso no funcionaba que había que estar bien preparado para resolverlo
de la manera no pacífica.

Un día en el recreo de la escuela el botón amarillo decidió pedirle al botón rojo que ya
dejara de molestarla o que iba a acusarlo y le anunció que ya no iba seguir permitiendo que
estas situaciones siguieran sucediendo; en contestación el botón rojo le propició un
puñetazo al botón amarillo que se quedó pasmado y con mucha ira. El botón amarillo le

devolvió el puñetazo después de unos segundos con toda la fuerza que tenía dentro y
derribó al botón rojo.

Desde ese día ya no volvió a ser molestada por el botón rojo pero la lección no es que
debamos recurrir a los golpes si no que debemos aprender a querernos lo suficiente como
para hacernos respetar ante los demás y aprender a cuidarnos a nosotros mismos y tratar de
defender a los demás que viven de eso y no pueden hacerlo por sí mismos.

Hay un momento que el que abres los ojos y te das cuenta de que tenemos que cuidar
nuestra mente y nuestro cuerpo porque es lo único que es completamente nuestro. Nuestro
ser.